Hasta Marte y sin Regreso
En un anuncio totalmente inusitado, la organización holandesa Mars One anunció que pronto abrirá cuatro puestos para cualquier voluntario que desee viajar a Marte. La intención es formar una comunidad de colonos en ese planeta, en un viaje sin retorno.
Ciertamente, la aventura es inherente al ser humano. No en vano durante siglos exploradores, alpinistas, buscadores de tesoros y aventureros han dedicado sus vidas (algunos de ellos fatalmente) a convivir con animales salvajes, alcanzar cumbres, encontrar barcos enterrados en el fondo del mar o recorrer paisajes peligrosos y llenos de misterios. El espacio siempre ha formado parte de ese “territorio por alcanzar” a donde muy pocos han llegado, previos entrenamientos prácticamente militares y auspiciados por instituciones gubernamentales como la NASA en Estados Unidos. Los afortunados astronautas que han logrado abandonar el Planeta Tierra sin duda han vivido experiencias increíbles pero completamente inaccesibles para el resto de los mortales, hasta ahora.
Quizá lo que sorprende no es el proyecto de Mars One de colonizar Marte en sí. Es algo que inevitablemente sucedería, y más con el ritmo vertiginoso de la tecnología. Lo que llama la atención es el hecho de que a pocos días de haber realizado su anuncio, la empresa holandesa recibiera miles de decenas de solicitudes de individuos de todas partes del mundo deseando ser parte de ese viaje sin retorno. Un viaje que requiere ser fuerte, adaptable, ingenioso y capaz de trabajar en equipo de acuerdo a la solicitud de la propia compañía.
Resulta un poco increíble pensar que haya quien –a pesar de todo- elija no volver nunca a su planeta. Pareciera un tema de ciencia ficción, pero no lo es para nada. Todo el proyecto será transmitido a la Tierra a través de un programa de televisión, un reality que cubrirá desde el aterrizaje hasta la vida extraterrestre.
En una entrevista para la BBC, Bas Lansdorp, cofundador de la empresa Mars One explicó que el motivo por el cual no hay regreso es debido al deterioro físico que los participantes sufrirán durante los ocho meses de duración del viaje, tiempo durante el cual perderán masa muscular y ósea. Además, agregó, el campo gravitacional marciano es menor al de la Tierra, por lo cual tras vivir allá sería prácticamente imposible reajustarse al de nuestro planeta.
Verónica Bray, del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona, explica que el proyecto no es nada fácil e implica serios riesgos para la salud por las condiciones adversas tanto del viaje como la propia estancia en Marte. Para comenzar no hay agua líquida, los niveles de radiación son muy altos y las temperaturas varían de forma absolutamente salvaje. La alta radiación implica un riesgo muy alto de cáncer, un sistema inmunológico debilitado e infertilidad, explicó la científica en una entrevista para BBC en Londres. “No tengo duda alguna de que podemos poner a un ser humano en Marte. Lo que dudo es que pueda sobrevivir por un extenso período de tiempo,” señaló Bray.
El proyecto ya presenta varios detractores y escépticos y no es para menos, pues independientemente del tema de la supervivencia, el aspecto financiero es importante. Un emprendimiento de tal envergadura requerirá millones y millones de dólares para volverse viable. Simplemente enviar al primer grupo costaría unos $3,800 millones de dólares, aunque Mars One ya trabaja en una seria campaña de recaudación de fondos para llevarlo a cabo.
Solo el tiempo dirá si esto será posible. De serlo, estaremos presenciando un acto enorme para la humanidad: llevar vida humana a Marte. Lo más impresionante tal vez sea que serán vidas de individuos que decidieron que su presencia ya no sería necesaria en la Tierra.
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