Piedra de Sol, Octavio Paz



El 28 de septiembre de 1957 se publica “Piedra de Sol, un poema que en su momento causó gran revuelo en los lectores asiduos de Octavio Paz y que ha dado para más de 50 años de debates y analogías. Cuenta con 584 versos y está lleno de estampas que nos van llevando por lugares, situaciones e historias cargados de vida propia. Sin duda un viaje completo alrededor de sus versos.

La transición de Octavio Paz al surrealismo había generado incomodidad en sus lectores, pero al llegar “Piedra de Sol” los disgustos de su giro cesaron, siendo considerado la mejor obra publicada en 1957.


Con su surrealismo y contradicción, este poema combina mundos y mitologías que nos van llevando a seguir leyendo y descifrar las historias atrapadas y claramente plasmadas a través de cada verso, cada uno se liga al anterior pero se aísla con su propia vida. Se puede leer un fragmento y tener una aventura completa ahí mismo.



Las frases aisladas que plasma en algunos versos, parecieran al azar, que por sí mismas podrían no tener tanta fuerza pero van hiladas en un discurso con distintos puntos de vista. Un romance, dos amantes, un contexto también digno de muchos escenarios políticos, como los ha acompañado todo este tiempo, animando a jóvenes y adultos desde una perspectiva revolucionaria.

Tiene una estructura cíclica, tiempos que invocan claramente los días que tarda Venus en juntarse con el Sol, incita también a apreciar lo efímero de la realidad, el momento en que estamos viviendo, la realidad y el pasado. Danzas, movimientos y transiciones cargados del propio ritmo del poema, va, regresa y vuelve sobre sí mismo.

Como todo el arte, este poema está también sujeto a las interpretaciones de cada lector, así como se han dado y las que podrían llegar. Cada uno puede juzgarlo, contar su propia historia, encontrarla entre los versos.



La dualidad del poema se destaca en las imágenes que evoca de un mundo prehispánico con la modernidad de Octavio al escribir la obra. José Emilio Pacheco lo define como “la afirmación intransigente de la imaginación, el amor y la libertad”, en “En Una obra maestra: Piedra de sol”, publicado en septiembre de 1965.

Pere Gimferrer dijo “De lo que se trata aquí es de asediar, de poner cerco al instante, en busca de su fijeza en el poema, que nos revelará nuestro verdadero ser”. Comprender el poema es adentrarse en sus dicotomías, la fluidez de su compás y una imagen que aparece constantemente: el árbol que se vuelve río, un río que se vuelve árbol. Dicha imagen se plasma desde un comienzo, donde dice “Un sauce de cristal, un chopo de agua”.


Los ingredientes que componen “Piedra de Sol” evocan también la vida misma de Paz, que pareciera nos quiere contar lo que le ha pasado, lo que le ocurría en ese momento preciso.  Sin duda vale la pena sumergirse en sus versos.

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